Estrategias para mejorar el control de la ansiedad

En la práctica educativa diaria, es frecuente observar una separación entre los aspectos más académicos del currículo, vinculado al dominio de los contenidos de las áreas, frente a los aspectos relacionados con el desarrollo personal y social del alumnado, ligados a lo que denominamos “acción tutorial” (enseñar a pensar, enseñar a convivir…). Además, el ámbito de acción tutorial suele quedar, para la mayoría de las titulaciones universitarias españolas relegado a un segundo plano, dificultando el desarrollo de los contenidos que conlleva, entre ellos, el que se trabaja dentro de esta línea de actuación: demostrar que la felicidad dentro del aula universitaria es compatible con el aprendizaje académico.

Los educadores, con frecuencia, solemos caer en el error de pensar que el bienestar y la felicidad de nuestros alumnos se producirá en un futuro, concibiendo el momento de su aprendizaje como una dotación de conocimientos, destrezas y actitudes, sin prestar atención a la situación personal en la que éstas se consiguen. Es más, se podría decir, y así lo demuestra más de un 75 % del alumnado preguntado, que la enseñanza académica en el entorno universitario, no sólo no genera felicidad sino que provoca angustia y sucesivos momentos de estrés. Cabría preguntarse si, además de enseñar destrezas, capacidades, conocimientos, etc., podemos enseñar a nuestros alumnos a ser felices, a disfrutar de su tiempo en las aulas y bibliotecas universitarias.